19 may 2023

La Huida






Entre lo amplio y basto que es el desierto se logra ver un camino hecho por las pisadas de un hombre en que se nota que lleva bastante tiempo recorriendo un trayecto. Su cara despavorida ya no es tan notoria debido al cansancio por la larga caminata bajo el sol, y la perdida de liquido a través del sudor en que pareciera que le tapara la visión y cubriera casi todo su cuerpo, algo que se puede notar en toda su ropa.
A penas puede jadear; casi le cuesta respirar por el polvo que hay en el ambiente; los músculos de sus piernas parecen que ya no dan para mas. Siente que la vida se le va con cada pisada que da. Que quiere que todo acabe de una vez, pero aun así el miedo y la desesperación le sigue dando impulsos para seguir adelante.
A pesar de continuar este se llega a tropezar con una piedra del tamaño de un balón de fútbol, lo que hace que se caiga bruscamente y además de eso le produce un fuerte dolor en su pie derecho tras el golpe. Queda mirando de medio lado ante el suelo, con su boca abierta para seguir jadeando como un perro que queda agonizando en sus últimos momentos. Y haga lo que haga siente que todo esta perdido, se encuentra solo en medio del desierto, y sin tener a alguien quien le auxilie. Eso era lo que pensaba por unos instantes hasta que ve que de repente que se aproxima un pequeño vehículo, como una especie de Jeep, que se llega a detenerse a unos cuentos pasos de él. Y en cuanto se estaciona él observa que se bajan tres hombres de mal aspecto, en el que cada uno portaba entre sus manos objetos como palos y hasta un bate de béisbol. Sus miradas era de pura ira.
El hombre que yace en el suelo experimenta un miedo descomunal, tanto que hasta el corazón parece que le va a estallar y su cara se queda perpleja por imaginarse por lo que ha de pasar ahora, mas ahora porque ya estaban por acercarse los hombres a querer saldar cuentas con él al no haber pagado la cuenta en el restaurante, y haberse ido sin pagar la hamburguesa con doble carne y queso amarillo, acompaña de un vaso extra-grade de CocaCola, y un helado de tres sabores.
Se disparan las risas en toda la clase y hasta la misma profesora siente que no puede contenerse. Algunos llegan a decir cosas sueltas como: “ni Hollywood se atrevio a tanto”, “que final de mas disparatado te has creado para ese cuento”, “tu relato hizo que me diera hambre”. Jaimito se siente tan apenado que ya desea que el turno en el colegio acabe, pero lo malo es que deberá de esperar mucho tiempo ya que apenas esta comenzando la jornada.



*Nota: publicado originalmente en Hive.blog.  

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