19 may 2023

Contemplando el nacimiento de un nuevo mundo




-¿A qué hora debemos de empezar?
-Tan solo falta poco, no te impacientes.
-Me gustaría iniciar, por lo que veo tenemos mucho trabajo por delante y me gustaría irme temprano al bar para ver partido de fútbol.
-Yo también pero que se le va a hacer, trabajo es trabajo y toca ganarse el pan diario.
-Y la cerveza diaria -comenta con una sonrisa que deja ver sus dientes resplandecientes-.
Ambos trabajadores, que vienen siendo dos entre tantos de un aproximado que ronda entre 20 a 30, forman un equipo que se encarga para ir removiendo con sus maquinarias cada uno de los arboles del bosque; bosque que debe de ser talado por completo y que a cada árbol caído debe de ser llevado a la fabrica para ser procesado como papel.
La destrucción será inminente, nada quedará en pie, será un escenario en que no quedará nada sino tan solo la barbarie y la desolación producidas en manos de estos hombres. Todo el mundo lo puede saber menos aquellos seres de apariencia inocente y que lo vienen habitando desde hace años, centenares o incluso se puede decir miles de años; tal y como nuestro pequeño amigo de tamaño diminuto, de piel pelada, y que sostiene con su dos patas delanteras un pequeño producto alimenticio que el mismo bosque le ha dado. Esta ardilla de grandes ojos negros, sobresalientes y brillosos se queda mirando fijamente todo el movimiento y la logística de los hombres: algunos van dentro de tractores, y otros caminando y portando en sus manos sierras eléctricas listos para cumplir con su misión.



*Nota: publicado originalmente en Hive.blog.

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